Son fórmulas a base de varios productos con efectos adelgazantes que aceleran la pérdida de peso producida por una dieta hipocalórica. Pueden actuar como lipotrópicos que movilizan la grasa y facilitan su eliminación y como termogénicos que son estimulantes y aceleran la combustión de las grasas.

¿Cuándo y cómo funcionan?

La eficacia de los quemagrasas se debe a la práctica deportiva. Sin un mínimo de ejercicio, sus efectos no se apreciarán tanto.

El caso típico es el del deportista que practica musculación con un programa muy intenso y un gran desgaste, sometido a una fuerte disciplina física y dietética. Cuando este culturista se va a presentar a competición y está en época de máxima preparación, puede recurrir a productos quemagrasas que acabarán de definir el músculo al eliminar los restos de grasa.

Los más populares son los que contienen L-carnitina, que es un aminoácido que actúa introduciendo los ácidos grasos dentro de la mitocondria de la célula. Ahí es donde la célula quema la grasa para obtener la energía que necesita y así mantenerse viva. Las células sintetizan su propia L-carnitina si es necesario. Así que, si le suministramos más de la que necesita, sin obligarles a trabajar más, no se conseguirán los resultados esperados.

 Otros ingredientes utilizados son:

-Cafeína y guaraná, que actúan como estimulantes y aceleran el metabolismo.

-Colina, que interviene en el metabolismo de las grasas. 

-Chitosan, un polímero de crustáceos que impide la absorción de las grasas.

-Ácido alfa-hidroxicítrico (HCA), que inhibe las enzimas que se encargan de la acumulación de grasas.

-Gugulsterona, que estimula el tiroides.

-Picolinato de cromo, que ayuda a mantener los niveles de glucosa en sangre.

-Algas ricas en fibra y yodo, con efecto saciante, laxante y estimulante del tiroides.

-Plantas diuréticas, como la cola de caballo y minerales como el potasio que ayudan a eliminar la retención de líquido en los tejidos.

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